...viajando en el tren de cercanías una chica se puso dos trapos sobre la ropa y abrió una sombrilla. En un par de minutos nos interpretó a Moliere entre empujones, olores varios y miradas sorprendidas. Fue alucinante y nos hizo olvidar nuestra vida e imaginar otra. Al pasar una bolsita de tela después de su actuación le pregunté como se llamaba, me contestó y me dijo que era colombiana y que estaba buscando hacerse actriz aquí porque de donde venía solo había tenido el oficio de prostituta. Sus padres no querían gente de la farándula en su casa; lo demás podía ser lo que quisiera.
Le di unas monedas y nos deseamos suerte. El mundo es pequeño y ojala nos volvamos a ver en otras circunstancias y con más tiempo para contar historias.

Hoy en el metro dos chicos "armados" de saxo y flauta travesera tocaban, muy bien, un par de temas de jazz en pleno vagón atestado de gente. Por unos minutos nos han hecho olvidar el espíritu consumista que nos "consume". Los problemas en los que nos quieren meter los políticos y la grandes empresas para su beneficio a todos los que habitamos La Tierra. Nos han hermanado en la escucha de una música. Como antes lo había conseguido la chica colombiana. Como en otro sitio lo hace el chico que se mantiene quieto como una estatua hasta que le echas unas monedas. Como otro día lo hará otra persona pintando en un parque...

Y es que como le he dicho al chico argentino de la flauta cuando ha venido recogiendo unas monedas y me ha dado las gracias:

"Gracias a vosotros por hacer nuestra vida más grande."